Opinión: La reforma rubalquiana. Mirando al futuro educativo

21 de julio de 2011


El actual candidato a presidente del Gobierno español por el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha planteado una reforma considerable en el modo de acceso a la función pública para el profesorado. El socialista propone realizar una prueba de selección similar a la que ahora se emplea en Medicina: el MIR. Se trataría de llevar a cabo un examen de ámbito nacional para todos los docentes y, posteriormente, un período de prácticas en los centros educativos. 


En concreto, la prueba constaría de tres fases eliminatorias: un examen oposición donde se amplían los temarios (60 para Infantil y Primaria; 80 en Secundaria) y se eliminan las preguntas tipo test. Una vez superada esta prueba se pasa al concurso en el que se contabilizarán el expediente académico y la experiencia previa, para no dar toda la ventaja a los interinos. Finalmente, los mejores clasificados en esta carrera tendrán que pasar un año de prácticas, la mitad dando clase y la otra conociendo el funcionamiento de todo el centro, tal como en los turnos rotatorios por los diferentes servicios del MIR de médicos. Culminada su experiencia, deberá pasar otro examen de un tribunal.

Rubalcaba, que ha ejercido como profesor universitario, considera que éste es el método óptimo para “seleccionar a los mejores maestros” y formarles en el aula. Opina que cada vez se les exige más a los profesores y que, por lo tanto, es necesario que se les acompañe en su formación práctica.

Sin embargo, hay quien no mira con buenos ojos la reforma pues, de efectuarse el cambio, las autonomías dejarían de tener competencias a la hora de seleccionar candidatos y los profesores interinos verían mermados los privilegios con los que han venido contando durante los últimos años. De hecho, los sindicatos Comisiones Obreras, ANPE y CSIF se han manifestado en contra. Los primeros alegan que este modelo “profesionalizaría demasiado a los profesores y dejaría a mucha gente fuera”, los segundos consideran que “es una propuesta baldía, que caerá en saco roto, realizada por un Gobierno a la deriva” y los terceros apuntan que lo importante es “hacer serio el Máster (de acceso)”, con sus correspondientes prácticas, “para que no haga falta el MIR”.

Analicemos punto por punto los tres razonamientos, si se pueden denominar así. ¿Desde cuándo es negativa la profesionalización de un sector? ¿De verdad existe un sindicato que pueda oponerse a la mejora extrema del sistema educativo y del profesorado? ¿Quiénes serían esas personas que se quedarían fuera? ¿Los amigos interinos, quizá? No creo que tenga que preocuparse nadie. Todo el que estudie, se prepare, se recicle y demuestre ser un buen docente, se asegurará su plaza. ¿Será que hay muchas personas sin saber qué es y, mucho menos, cómo funciona el Microsoft Word o una pizarra digital?

En cuanto al argumento de ANPE... ¿Qué argumento es ese? Y, por último, CSIF, por fin un sindicato que expone sus ideas con coherencia. Tiene su parte de razón. Ya existe un Máster necesario para poder ser profesor de Secundaria pero, sólo es exigible para los nuevos alumnos, ¿qué ocurre con todas aquellas personas que ya han obtenido el título y que pueden dar clases a nuestros hijos sin un reciclaje previo? Si usted tuviera que elegir un maestro para sus hijos, ¿cuál preferiría, uno que obtuvo el diploma hace 30 años y cuenta con mucha experiencia sin valorar o a otro con la titulación más reciente pero que ha pasado por infinidad de pruebas y ha demostrado su profesionalidad? Yo me quedo con el segundo.
El que fuera Ministro de Educación en 1992 desea acabar con el fracaso escolar, y para ello no busca excusas en temarios ni en actitudes juveniles. Por el momento parece haber dado en el clavo, se ha centrado en lo que lleva sin tocarse desde hace muchísimo tiempo: los profesores y la forma de acceso a su puesto de trabajo. Ese puesto en el que, una vez aprobadas las oposiciones, permanecerán de por vida.

Parece que vamos por buen camino. Si se lleva a cabo esta reforma, se encenderá una luz al final del túnel para los recién diplomados, aquellos que no cuentan con experiencia, pero sí con muchos conocimientos, inquietudes y ganas de comerse el mundo. ¿Por qué habría de tener más oportunidades una persona interina, con 20 años trabajados, si luego no muestra interés por reciclarse? Todos tenemos que tener las mismas opciones. Hemos de demostrar la misma valía. Y, si en unos años los funcionarios tuvieran que realizar un nuevo examen para comprobar sus aptitudes, mejor que mejor. Acabaríamos con el pasotismo, el gandulismo y el acomodo que da un puesto vitalicio. Pero supongo que esto tardará más tiempo en llegar. Por lo pronto me alegro muchísimo de esta gran propuesta educativa. 



Sí a la reforma rubalquiana. Sí al MIR educativo.


Enlaces:
Rubalcaba propone un MIR para los educadores || ir

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