Citas Célebres: Henry Peter Brougham

Henry Peter Brougham:

"La educación hace a la gente fácil de dirigir pero difícil de manipular, fácil de gobernar pero imposible de esclavizar."

Antes que nada, veamos muy brevemente quién fue la persona que pronunció la cita recogida. Henry Peter Brougham (1779-1868), conocido como Lord Brougham, fue un político británico que perteneció al partido liberal, además, desempeñó el papel de Lord Canciller con los gobiernos de lord Grey y Melbourne.

Esta frase encierra una gran verdad: el poder de la educación. Es cierto que el proceso educativo es, en cierta medida, una forma de dirigir a las personas. Durante la instrucción el docente decide lo que tiene que aprender el alumno, cómo lo tiene que aprender, cuándo, dónde, etc. Pero la dirección de la que les hablo, emana del pacto social y político que es aceptado casi unánimemente por casi todos los sectores de un país y que lo consideran oportuno para educar a los niños y jóvenes y convertirlos en ciudadanos plenos que sean capaces de asumir el futuro del país. Pero a pesar de estar dirigidos, indiscutiblemente resulta complicado manipular a las personas que han sido sometidas al proceso de educación. Porque la educación dota a las personas de las armas necesarias (o al menos debería hacerlo) para defenderse de las amenazas externas y seguir el camino adecuado que les marque su propio criterio, sentido común, o como lo quieran llamar.

Además, el conocimiento de la existencia de una serie de normas que se deben seguir para no romper el buen funcionamiento social, hace que las personas vayan adentrándose en un sistema legal que controla a los ciudadanos a través de normas, deberes, derechos, leyes… que sirven para garantizar el orden social. Asimismo, conocer cómo funciona el sistema político de un país y los motivos que han llevado a la adopción de dicho sistema son elementos determinantes que nos llevan, irremediablemente, a que los seres humanos sean fáciles de gobernar. No obstante, esto no implica que el control que se ejerce desde las altas esferas gubernamentales de un país sirva de medio para esclavizar a la población. La persona que conoce la forma de proceder de su sistema político, que conoce los límites que no puede pasar, que sabe que los ciudadanos tienen el poder de decisión de sus representantes políticos (lógicamente a lo largo de esta entrada defendemos la democracia como la forma de gobierno más adecuada), es capaz de discernir hasta qué punto está sometido a un cierto control para garantizar las libertades de todos y cada uno, y desde qué punto comienza a estar sometido a un control excesivo e impropio de una democracia que solo busca garantizar el poder de un gobierno.

Todo lo que he dicho puede sonar demasiado bonito, pero yo creo firmemente en ese poder de la educación, el verdadero fin de cualquier proceso educativo. Los gobiernos se complican creando la panacea a los problemas educativos con forma de una magnífica ley, pero creo que muchas veces se olvidan de la importancia de algunos aspectos y resaltan otros que no resultan tan vitales.

Aunque sean dirigidos no se dejen manipular, aunque sean gobernados no se dejen esclavizar. Si tienen la oportunidad de enseñárselo a alguien, háganlo pues la libertad nace de la capacidad de ser uno mismo como uno mismo quiere ser.